La Meditación Zen como Terapia
10.05.2024

Aspectos de la meditación Zen y la salud:
La respiración durante la práctica de zazen, se caracteriza por una espiración larga y profunda, lo cual permite eliminar el aire residual que constituye normalmente 1/3 de la capacidad pulmonar y que está compuesto por gas viciado, nocivo para la oxigenación. Al mismo tiempo, durante zazen se produce un menor consumo de oxígeno y una posibilidad mayor de oxigenación pulmonar.
Con relación al bienestar mental, la meditación zen relaja la actividad del lóbulo frontal y estimula la del tálamo, hipotálamo, y demás zonas del llamado cerebro primitivo, el cual, básicamente regula la actividad del sistema nervioso autónomo y a través de él la actividad biológica inconsciente. En la medida en la que esto se va produciendo, se ha comprobado a través de las mediciones de un electroencefalograma la presencia de ondas alfas y theta en el cerebro. Las ondas alfas son emitidas por practicantes experimentados en la meditación zen unos diez minutos después del comienzo de la sesión. A los treinta minutos, el registro cerebral de ondas theta indica objetivamente que el practicante ha alcanzado un estado profundo de meditación.
Podríamos afirmar que este estado constituye un óptimo equilibrio entre la actividad mental consciente y la actividad mental inconsciente, dicho de otra manera, entre sistema nervioso autónomo y sistema nervioso voluntario. En este estado, la actividad del lóbulo frontal (pensamientos) no bloquea ni condena completamente la actividad del cerebro profundo (no-pensamientos). Se da un equilibrio entre el estado de pensamiento y el de no-pensamiento.
Este equilibrio causa grandes beneficios en el estado de la salud.
La respiración durante la práctica de zazen, se caracteriza por una espiración larga y profunda, lo cual permite eliminar el aire residual que constituye normalmente 1/3 de la capacidad pulmonar y que está compuesto por gas viciado, nocivo para la oxigenación. Al mismo tiempo, durante zazen se produce un menor consumo de oxígeno y una posibilidad mayor de oxigenación pulmonar.
Con relación al bienestar mental, la meditación zen relaja la actividad del lóbulo frontal y estimula la del tálamo, hipotálamo, y demás zonas del llamado cerebro primitivo, el cual, básicamente regula la actividad del sistema nervioso autónomo y a través de él la actividad biológica inconsciente. En la medida en la que esto se va produciendo, se ha comprobado a través de las mediciones de un electroencefalograma la presencia de ondas alfas y theta en el cerebro. Las ondas alfas son emitidas por practicantes experimentados en la meditación zen unos diez minutos después del comienzo de la sesión. A los treinta minutos, el registro cerebral de ondas theta indica objetivamente que el practicante ha alcanzado un estado profundo de meditación.
Podríamos afirmar que este estado constituye un óptimo equilibrio entre la actividad mental consciente y la actividad mental inconsciente, dicho de otra manera, entre sistema nervioso autónomo y sistema nervioso voluntario. En este estado, la actividad del lóbulo frontal (pensamientos) no bloquea ni condena completamente la actividad del cerebro profundo (no-pensamientos). Se da un equilibrio entre el estado de pensamiento y el de no-pensamiento.
Este equilibrio causa grandes beneficios en el estado de la salud.
