El Brazo de Eka y el Recto Esfuerzo
18.03.2025

El brazo de Eka y el recto esfuerzo:
"El segundo patriarca [zen, Eka],(…) como prueba de su determinación se cortó un brazo y se lo ofreció a Bodhidharma, el cual dijo: «En ese caso...» y lo aceptó como discípulo. Esta es la narración de cómo el segundo patriarca llegó a la realización del Dharma, de la verdadera enseñanza. Si bien se dice que «se cortó un brazo», creo que se trata de una expresión simbólica para «aquellos que saben, habiendo dejado de lado su propio cuerpo, son admitidos». Dejar de lado el propio cuerpo significa poner en acción un esfuerzo más allá de las capacidades normales propias. Dōgen, refiriéndose a esta cuestión, dice «arrojar el cuerpo», así como nueve por nueve ochenta y dos. Nueve por nueve es ochenta y uno, pero nosotros practicamos la Vía con la energía necesaria para hacer que "sea "ochenta y dos". Es la energía que, en términos budistas, se llama "recto esfuerzo" (compromiso).
En el budismo el compromiso, el "esfuerzo", no está limitado a esta vida. Incluye la resolución de practicar durante innumerables nacimientos y muertes, por toda la eternidad. También yo he de tener a resolución de practicar de este modo. Si soy capaz de asumir esta resolución, una sensación de paz trascendente será el resultado. Porque esta mente en paz y el satori, la "comprensión", son uno, son idénticos. No es una cuestión de comprender algo, de estar iluminados o despertados a algo, más bien se requiere la resolución de practicar la Vía de Buddha con el compromiso adecuado – obteniendo "ochenta y dos" de nueve por nueve – durante toda la eternidad. Si estoy en condiciones de vivir con esta determinación dentro de mi, yo mismo seré eterno. He ahí, por tanto, que el satori, la mente y el corazón de la paz, es convertirse en la eternidad: la eternidad universal, sin límites. ". (Pasaje de "La practica del zazen" Stella del Mattino, ed. Trad. Roberto Poveda)